La estabilidad de una familia descansa sobre un pacto: marido y esposa deben decirse siempre la verdad. El marido incumple el pacto a la hora de explicar la muerte del perro de la familia. Se inicia así una sarta de mentiras que contribuye al progresivo desmoronamiento del hogar.
No hay nada peor en un film que un punto de partida carente de credibilidad. Adosados, adaptación de la novela de Félix Bayón, tiene uno artificioso en extremo. Mario Camus no supera este handicap. Competente en la narración, con buenas imágenes y alguna secuencia poderosa, falla sobre todo en el texto: el descuido en los diálogos queda patente en unos personajes fríos, poco humanos, en los demasiado largos silencios y en las parrafadas en ruso del vagabundo. Una secuencia erótica explícita ralentiza áun más la acción y revela su carácter gratuito.
José María Aresté