Félix decide pasar unos días de verano junto a su amada Alma, a quien conoció pocas semanas antes. Sin prevenirla se embarca hacia el sur, hacia un camping en los confines del pueblo donde ella vive. Viaja con Chárif, su mejor amigo, en el coche de Édouard, a quien acaban de conocer y engañar para que les lleve.
Conviene decir que tanto Félix como Édouard son de origen africano y que no son nada acomplejados, y que ni ellos, ni Édouard ni Alma y todo su entorno tienen ningún problema con ese detalle. Todos son franceses, jóvenes, en verano y con mal de amores, y eso es lo único que cuenta.
¡Al abordaje! es una comedia ligera sobre jóvenes –todos estrenan su segunda década–, y cuentan sus problemas, que son normales y universales. Uno es tímido, el otro excesivamente lanzado, otro más es simplemente discreto. Por parte femenina –Alma y su mejor amiga, y algunas más–, la respuesta es idéntica: todo es natural, el color de piel no cuenta para nada.
Y eso es lo grande de esta inteligente comedia: es un paso adelante en la aceptación de lo que es la Francia actual, con más del 12% de población inmigrante. La relación entre estos jóvenes no tiene buenismos ni complejos. A ojos de Brac no hay diferencias; tienen sus encuentros y desencuentros, que les hacen evolucionar y que –sobre todo– dan que pensar al público.
