Confieso que me gustó mucho Alicia en el país de las maravillas. La estética apabullante de Burton y su peculiar relectura de la bizarra obra de Lewis Carroll me convencieron. Dicho esto, no esperaba nada de la secuela. En primer lugar, porque creo que no fui capaz de terminar ese libro de Carroll; segundo, porque es difícil dar continuidad a una película tan excesiva. Por último, aunque Tim Burton figura como productor, ha dejado en manos de otro (bastante novato en la pantalla grande) la dirección de la película.
Y es cierto que esta Alicia no tiene la fuerza de la primera, que Jonnhy Depp es solo una máscara que encierra su personaje en kilos de maquillaje, que a ratos parece que estamos asistiendo a una película de acción con unas agota…
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