El madrileño de 43 años Rafa Russo dirige y escribe «Amor en defensa propia», su «opera prima» como director. Se trata de una historia de perdedores solitarios, con similitudes de tratamiento con el valioso corto «Nada que perder», ganador del premio Goya en 2003.
Rubén y Ana son dos náufragos que, rebasados los 40, viven del cuento, el abuso de confianza, la estafa y el gorroneo. De manera inesperada, deciden compartir despojos y mentiras, en un matrimonio de conveniencia.
Russo empieza bien pero, una vez planteados los conflictos, la película va perdiendo soltura y se impone un tono declamatorio y artificial. Lo que se cuenta está tan en el límite que no te lo crees. La trama del hijo de Ana es verdaderamente mala. La realización es demasiado impersonal. Con todo, Russo tiene cosas que contar. Esperaremos a su próxima película.
Alberto Fijo