Annette fue la película encargada de inaugurar el Festival de Cannes el pasado mes de mayo, en el que Leos Carax, el cineasta francés autor de Los amantes del Pont-Neuf y Holy Motors, se llevó el Premio al Mejor Director. Cuando uno va a ver una película de Carax espera sobre todo una cinta rara o desconcertante. Y una vez más, la expectativa se cumple.
Annette es un musical surrealista y delirante que cuenta la historia de amor entre Henry, un cínico y egocéntrico monologuista, y Ann, una inocente cantante de ópera. Una relación de comienzos apasionados que llena portadas y que se convierte en pesadilla con la llegada de Annette, su primera hija. Este hecho deriva en una crisis profesional de Henry, que le lleva a querer destrozar todo lo que ama, empezando por sí mismo.
El personaje de Henry es interpretado de manera magistral por Adam Driver, que fue nominado al Oscar el año pasado por Historia de un matrimonio. Le acompañan en un reparto principal muy conseguido, Marion Cotillard y Simon Helberg.
De fondo, la película habla de temas clásicos: el amor, la ternura, los celos o la utilización de los hijos por parte de los padres. Y lo hace a través de un montón de referencias a los clásicos de la literatura, el cine y la ópera, pero de una manera nada convencional. Gracias a la música, el tono de toda la cinta es exagerado, teatral hasta el extremo, y el espectador es uno más dentro de la escena, con capacidad de interpelar a los protagonistas. Por eso, es la música la que hace de Annette un drama tóxico que, sin embargo, mantiene la atención de la audiencia durante las casi dos horas y media de duración.
Los hermanos Ron y Russell Mael, componentes del grupo Sparks, han sido los encargados de elaborar el guion y las canciones. Hasta ahora, la música de Sparks había sido definida como rock, pop barroco… Nunca de manera nítida. En este caso el nivel de experimentación se complica especialmente y mezcla la ópera, el rock y otros géneros musicales de una forma casi perfecta.
Annette es inverosímil y ecléctica. Esta primera incursión de Leos Carax en el género musical, también la primera que graba originalmente en inglés, desconcertará a muchos, pero será un disfrute para los amantes del cine independiente y de la música.