Joe y Terry son dos atracadores que nunca fallan. Su método, perfecto, es de una sencillez tumbativa: secuestrar por la noche al director del banco para que, al día siguiente, temprano, les abra las puertas de su establecimiento y les entregue el dinero. La cosa marcha sobre ruedas hasta que se cruza en su camino Kate, un ama de casa frustrada porque su marido no le hace caso. Ambos bandidos la admiten en su banda y se enamoran de ella. Y a Kate le cuesta decantarse por uno de ellos.
Buen cine comercial, servido con esmero por el veterano Barry Levinson (El mejor, Rain Man, La cortina de humo). Con personajes bien trazados, interpretados por un trío de lujo: Bruce Willis (el hombre tranquilo), Billy Bob Thornton (un histérico con diversas fobias) y Cate Blanchett (la mujer que necesita cambiar de aires). El film incorpora las dosis de emoción propias de una historia de atracos, pero su fino humor y sus ingredientes románticos lo acercan más a títulos como Dos hombres y un destino o Bonnie & Clyde. Incluso hay un pasaje en que una sábana divide en dos la cama que comparten Joe y Kate, como en Sucedió una noche, de Frank Capra.
José María Aresté