«Cómo conquistar Hollywood», adaptación de una novela de Elmore Leonard, era una divertida película sobre un gángster cinéfilo, que debía cobrar la deuda de un productor. Diez años después vuelve Chili Palmer (John Travolta again), que ahora desea producir un disco a la desconocida Linda Moon, en parte como favor a la viuda de un amigo recién asesinado. Y es que nuestro matón tiene un corazón de oro.
El esquema es semejante al original, jugando al contraste entre un Palmer medianamente decente, y las discográficas, cuyos métodos poco deben envidiar a las mafias, una de negros y otra rusa. Pero los afilados diálogos, tipo Quentin Tarantino (después de todo, éste adaptó a Leonard en «Jackie Brown»), resultan inferiores, y por eso la zafiedad resalta más. Mientras que los guiños sensuales a los filmes de bailoteo de Travolta, o a «Pulp Fiction» (allí compartieron pantalla el actor y Uma Thurman), constituyen un recurso facilón. Más irónicas son las bromas sobre las secuelas, o incorporar números musicales para vender discos de Aerosmith, con un Steve Tyler haciendo de sí mismo. Resulta curiosa la poca energía del film, sobre todo teniendo en cuenta que Gary Gray dirigió la agilísima «The Italian Job».
José María Aresté