Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 96/14
El autor –o autora, que de eso trata la película– de las archiconocidas pinturas de niños de ojos enormes no podía dejar de llamar la atención del carismático Tim Burton, que rueda una de sus películas más “normales” o menos extrañas. Una cinta que, como señala el crítico Eric Kohn, “hubiera ganado mucho si hubiera sido un documental”. Burton recorre de manera lineal la vida de Margaret Keane, una mujer frágil y vulnerable con talento para pintar pero no para elegir a los hombres de su vida. Uno de ellos la lleva al éxito económico… quedándose con la autoría de sus pinturas.
Big Eyes no es una mala película: está bien rodada, tiene una estética muy cuidada –marca del autor–…
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