Una historia familiar con tintes trágicos que gira en torno a problemas muy típicos de las sociedades nórdicas, como la soledad y el sentimiento de culpa. El argumento se centra en dos hermanos. Uno, Michael, apuesto, militar brillante y virtuoso, está casado con una excelente esposa y tiene dos hijos. El otro, Jannik, es un pendenciero que ha pasado por la cárcel y que es como la oveja negra de la familia. El día que el primero es enviado a Afganistán la vida de toda la familia va a entrar por un túnel de difícil salida.
Aunque el tema del perdón y la reconciliación recorre la película, lo cierto es que el espectador se ve sometido a un periplo existencial de una dureza casi insoportable. La brillantez de muchas escenas, la precisión del rodaje, las soberbias interpretaciones y la exquisitez de la banda sonora no evitan la pregunta de si todo ello justifica los excesos y situaciones límites que presenta el film.
La película pertenece a Zentropa, la productora de Lars von Trier, y está dirigida por Susanne Bier, que ya dirigió Te quiero para siempre, película adscrita al movimiento Dogma 95.