Buscando a Eric

GÉNEROS,

PÚBLICOJóvenes-adultos

CLASIFICACIÓNLenguaje soez, Sensualidad

ESTRENO27/05/2009

Simpática película de Loach, con su guionista habitual Paul Laverty. Sigue a Eric, un cartero algo deprimido: su segunda mujer le ha dejado, y sus dos hijastros son unos irresponsables que le van a meter en líos. Por otra parte, la hija que tuvo de su primer matrimonio le pide que cuide a su bebé, lo que propicia el reencuentro con la esposa original, Lily, a la que abandonó en un ataque de pánico. Ahora sólo cuenta con el apoyo de sus colegas carteros, amigos de verdad… y del mismísimo futbolista Eric Cantona, que, a modo de amigo imaginario, le da consejos para enderezar su rumbo.

Supone una novedad que Loach incorpore un elemento mágico a su cine. Porque Eric Cantona, interpretado por sí mismo, deviene en una especie de ángel de la guarda, con función comparable a la que ejercía el de la clásica ¡Qué bello es vivir! El fútbol se convierte en metáfora de cómo debe abordar Eric sus problemas; en esa clave tiene importancia la confesión del jugador de que el momento del que se siente más orgulloso en su carrera deportiva es aquel en que dio un pase de gol.

El director y el guionista no renuncian al realismo y naturalismo típicos de su cine, sobre todo en las conversaciones entre carteros. Quizá no acaban de casar del todo las dos historias principales -la segunda oportunidad matrimonial y los problemas de los hijastros con matones-, pero la presencia de Cantona sirve de puente que disimula el problema.

El desenlace, aunque sea de vodevil, tiene su gracia, provoca la sonrisa amable y resulta optimista.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.