Directora y guionista: Coline Serreau. Intérpretes: Catherine Frot, Vincent Lindon, Rachida Brakni, Line Renaud, Aurélien Wilk, Ivan Franek. 109 min. Adultos.
Hélène y Paul forman un patético matrimonio burgués: ya no practican el sexo, casi ni se hablan y van siempre corriendo, cada uno a lo suyo. Tienen un preuniversitario hijo único, vago, indolente y tan ególatra como ellos, que sobrevive con sus cambiantes novias en el piso que le han comprado para que no dé la lata. Esta penosa situación familiar se tambalea cuando Hélène y Paul presencian desde su coche, sin hacer nada, cómo unos matones pegan una paliza a una joven prostituta magrebí. El hecho impresiona tanto a Hélène que, agobiada por los remordimientos, y por algo más, abandona a su marido y a su hijo para poder cuidar de la maltrecha mujer en el hospital donde se recupera. Pero hasta allí llegan también los crueles matones que la dejaron en coma.
En Caos, la francesa Coline Serreau confirma sus grandes dotes para la comedia con ribetes dramáticos, que ya mostró en la popular Tres solteros y un biberón, y en la excelente La crisis. Su aliciente más externo es una agilísima puesta en escena, que hace avanzar la acción con una fuerza arrolladora incluso durante el largo flash-back que precede al rotundo desenlace. Además, todos esos encuadres y movimientos desbordan humanidad gracias al buen hacer de un reparto sensacional, sin fisuras, en el que destaca la joven Rachida Brakni, galardonada por su interpretación con el Cesar 2002 a la mejor actriz revelación. Finalmente, el conjunto alcanza entidad dramática y artística por obra de un guión divertido, emotivo e inteligente, que pone sus largos dedos en casi todas las llagas del desconcierto moral actual, desde la terrible soledad que genera el egoísmo hedonista, hasta la pérdida del sentido de la familia y del trabajo, pasando por el tremendo choque cultural entre el ancestral machismo del islamismo radical y el prejuicio racial de una sociedad occidental profundamente insolidaria.
Todo lo dicho se expone con buen humor, optimismo, valentía y una sana incorrección política, a veces cruda, como en la inmersión en el submundo de la prostitución y en algunos apuntes sarcásticos sobre la demencial vida sexual de los protagonistas. En cualquier caso, y a pesar de sus ligerezas y debilidades, Caos es una notable película, interesante en todos sus componentes, que confirma a Serreau como una de las mejores cineastas europeas de la actualidad.
Jerónimo José Martín