Bobby, uno de los hermanos Farrelly, la pareja más gamberra y boba del Hollywood del cambio de siglo, dirige en solitario esta comedia nada original. Porque, al igual que ocurrió con CODA y La familia Bélier, Champions es una réplica de Campeones, un concepto aún menos creativo que el de remake. Para el espectador español es, como mucho, una curiosidad comparativa de la que sale ganando la cinta de Fesser.
Woody Harrelson tiene su aquel, pero muy por debajo de Javier Gutiérrez. Y los carismáticos Jesús Vidal y su troupe están ya demasiado metidos en los corazoncitos patrios como para verse eclipsados por los simpáticos trasuntos norteamericanos. En definitiva, no es una película para el público español, y si leemos a la crítica norteamerica…
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