Tras el relativo fracaso hace años de «Dinosaurio», los veteranos Estudios Disney han demostrado con «Chicken Little» que son capaces de hacer buena animación en 3D sin Pixar. Ahí están los 40 millones de dólares que recaudó la película durante su primer fin de semana de exhibición en Estados Unidos.
Chicken Little es un pollito inteligente pero gafe al que todos odian en su pueblo por haberlos alarmado un día asegurando que el cielo se estaba cayendo. Chicken procura hacer las cosas bien, para recuperar el cariño de la gente y sobre todo de su buen padre, ex estrella del béisbol, que anda perplejo desde la muerte de su esposa. Con la ayuda de sus amigos Patita Fea, Pez Fuera del Agua y el gordo Runt el Benjamón, Chicken Little intenta triunfar en el béisbol y no volver a decepcionar a nadie. Pero el destino le reserva una sorpresa.
«Chicken Little» no tiene la excelente animación ni la solidez narrativa de las producciones Pixar. Sin embargo, ofrece personajes originales, constantes golpes de humor paródico y una trepidante planificación de Dindal, que ya mostró muy buenas maneras en «Los gatos no bailan» y «El emperador y sus locuras». Todo con un tono clásico, sin bobas fracturas y con una bella reflexión sobre las relaciones padres-hijos y el valor de la amistad. Hasta las escuetas canciones son mucho más frescas que los olvidables temas de las últimas producciones animadas de la Disney.
Jerónimo José Martín
