Mehta, directora india de 60 años (Agua, Fuego) afincada en Toronto desde hace mucho tiempo, ofrece una historia sobre el maltrato que sufre una mujer india que se traslada a Canadá para vivir con su marido, tras un matrimonio concertado. Lo que encuentra allí es el horror.
Bien que se denuncien injusticias, pero hacerlo de esta forma, sin matices y cargando tanto las tintas, es poco inteligente. Además, se usan unos recursos narrativos arbitrarios que lastran aún más a una película que no encuentra el tono.