Después de perder su vuelo, un famoso arquitecto tendrá que sufrir el acoso de una joven excéntrica que insiste en contarle su historia.
Kike Maíllo vuelve al registro de Eva, la película con la que debutó, con un thriller psicológico que, sin ser redondo, demuestra la buena mano del cineasta catalán en este género. La película adapta la novela homónima de Amélie Nothomb, y muestra la batalla dialógica y mental de dos personajes dispuestos a retarse hasta llegar a sus límites.
La cinta es tremendamente incómoda para el espectador por su violencia y lo turbio de parte de su argumento. Junto con esto hay que reconocer el conseguido engranaje entre una compleja narración, la construcción de personajes y una atmósfera terrorífica y contenida, elaborada con elementos tan dispares como la arquitectura luminosa de un aeropuerto y el horror que despierta una sencilla navaja en manos de un personaje trastornado. Una película para cinéfilos interesados en diseccionar la semiótica de la imagen fílmica. Se entiende su buena acogida en el Festival de Sitges.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta