Primera película del neoyorquino de 35 años Jieho Lee, que ha escrito el guión con Bob DeRosa. Se trata de una historia trágica protagonizada por cuatro personajes dolientes que compiten para ver quién tiene la desgracia mayor. Un sombrío Brendan Fraser es un matón a sueldo que tendrá que proteger a una cantante pop (Sarah Michelle Gellar) recién comprada por su jefe, el mafioso Andy García. Forest Whitaker es un deprimido empleado de banca que hace lo que no debía. Y por fin, un médico (Kevin Bacon) ve en peligro a la mujer de su mejor amigo.
Es verdaderamente pesada la proliferación de películas de este subgénero dramático que hace de la casualidad y del destino un territorio para que deambule gente atribulada. El vistoso reparto tiene fuerza pero todo está tan estirado, tan calculado, que las notas suenan chirriantes y metálicas, hay una sensación tremenda de forzamiento de las tramas que los personajes terminan pagando. La realización abusa de movimientos de cámara ampulosos y superfluos. Todo habría sido bastante mejor con mucha menos tensión circense.