Pasó con el 11-S y ha vuelto a pasar con la pandemia. Los escritores y guionistas aprovechan la sensación de vulnerabilidad que percibieron ricos y pobres ante el virus para profundizar en el pánico ante el descontrol y la inseguridad. La familia protagonista de esta película huye de la gran ciudad para irse unos días de vacaciones improvisadas cuando se cortan las comunicaciones y todo hace presagiar que el mundo ha entrado en un estado terminal.
Sam Esmail es uno de los grandes creadores de series en la actualidad. Con Julia Roberts ya trabajó en la primera y sensacional primera temporada de Homecoming, aunque su producción de más éxito y consideración es Mr. Robot, el thriller conspiranoico protagonizada por Rami Malek y Christian Slater, y que llegó a las 4 temporadas entre 2015 y 2019. Dejar el mundo atrás, basada en la novela de Rumaan Alam, tiene conexión con estas dos series y también con el universo Shyamalan de Llaman a la puerta o El incidente.
Los especialistas más críticos con la película han destacado un discurso excesivamente arrogante y visionario del mundo actual. Evidentemente, Sam Esmail es uno de esos guionistas con talento que con frecuencia es muy consciente de su creatividad, algo que perjudica a una película que a veces se gusta demasiado a sí misma y se alarga innecesariamente, en contadas ocasiones con situaciones soeces demasiado forzadas y convencionales.
Aun así, la película tiene atmósfera, giros sorprendentes y un reparto en el que, junto a Julia Roberts, están actores de la talla de Ethan Hawke, Mahersala Ali y Kevin Bacon. Esa combinación produce un entretenimiento con un desarrollo que permite al creador hacer una crítica incisiva, aunque también bastante genérica y carente de contrapuntos, al narcisismo, la esclavitud tecnológica y la superficialidad sentimental que vivimos en la actualidad.