El polifacético realizador estadounidense Tom DiCillo nos ofrece una comedia irónica sobre el abrupto mundo de la fama. Un genial Steve Buscemi encarna a Les, un «paparazzo» de poca monta que se muere por triunfar con alguna foto revolucionaria. En esas conoce a Toby, un «homeless» que alberga un vago deseo de ser actor. La suerte le va a acompañar cuando éste tiene un encuentro casual con K'Harma Leeds, la estrella de «pop» más en boga del momento.
El film es divertido y chispeante, muy irónico y con buen ritmo; sin embargo, no se trata de la típica película que denuncia con rencor la vaciedad del mundo de la farándula. Más bien es una aproximación amable al interior de unos personajes llenos tanto de deseos como de frustraciones. Sus miserias y pequeñas mezquindades se superan por la sinceridad de sus sentimientos y por aliento de honestidad última.
Los diálogos son brillantes y agudos, a menudo tarantinianos, y son sostenidos con maestría por Steve Buscemi y por un prometedor Michael Pitt. El lenguaje visual (fotografía, montaje, encuadres) es moderno y eficaz: se nota que DiCillo es un prestigioso director de fotografía. La música es muy acertada. En fin, un film ligero, que nos habla de la estupidez de cierto mundo en el que, a pesar de todo, es posible descubrir seres humanos.
Juan Orellana