Erin Gruwell es una joven blanca, recién licenciada, muy orgullosa de su padre, un liberal que luchó en su época por los derechos civiles. Deseosa de estar a la altura de su padre, consigue trabajo en el conflictivo instituto Wilson, de Long Beach, donde los experimentos de integración racial en las aulas, en las que conviven blancos, negros, hispanos y asiáticos, no parecen estar dando los resultados apetecidos.
Richard LaGravenese, guionista y director, se basa en un caso real de experiencia educativa que se plasmó en forma de libro, Los diarios de los escritores de la libertad. Allí se recogían extractos de los diarios que Erin animó a sus alumnos a llevar, donde plasmaban las difíciles condiciones de familia, pandilleros y violencia en las que se veían obligados a sobrevivir.
El film es muy sugerente, porque subraya con acierto cómo un profesor debe esforzarse por entender a sus alumnos, para de este modo darles la educación que necesitan. Cómo Erin logra concienciarles sobre sus problemas de convivencia presentándoles el horror del Holocausto, o el modo en que les aficiona a la lectura, incluso con sacrificios económicos personales, tienen fuerza, y llevan a la hermosa escena en que traen al instituto a la mujer que acogió en su casa a la célebre Ana Frank, inspiradora de la pedagogía de los diarios.
La doblemente oscarizada Hilary Swank da el tipo perfecto de mujer idealista y risueña, a la par que testaruda, que no logra conciliar un noble fin con la atención de su vida matrimonial. En ese sentido el film es honesto: no pinta a una mujer perfecta, y tampoco pretende que los enfoques pedagógicos de Erin sean la solución exacta y única al problema educativo. Pero sí se subraya, justamente, su sincero empeño por hacer que las cosas cambien a mejor, con logros notables. En el resto del reparto, los demás personajes son secundarios, pero hacen un trabajo destacado Patrick Dempsey e Imelda Staunton, a los que toca asumir los antipáticos personajes del marido y la profesora antagonista de Erin, y Scott Glenn, como el padre de la novata profesora. También sobresalen los desconocidos jóvenes que interpretan a los alumnos, y que en algunos casos proceden de los mismos ambientes marginales que retrata el film.
José María Aresté
ACEPRENSA