Una historia debe serlo, y ésta tiene excesivos agujeros. No resulta creíble -a pesar de una dirección aceptable y del esfuerzo de los actores- la pasión entre el periodista (Antonio Banderas) y la artista de circo que dispara montada a caballo (Francesca Neri). Además, el abuso de las escenas de cama hace que ya no sean significativas.
Falso es también por su contexto y autores el acto de la violación de la chica, así como la soledad -¡en un circo!- de la ofendida. Y su venganza criminal es una mala copia de telefilm; la persecución policial, ridícula. Lo que no es, no es, y USA no es España.
Pedro Antonio Urbina