D.J. Caruso (Connectica, 1965) es otro director que hace compatible su trabajo en series de TV (ha dirigido capítulos de The Shield, una discreta producción de la Fox que va por la sexta temporada) con alguna película, de vez en cuando.
Disturbia, siendo una película muy discreta, es su mejor trabajo hasta la fecha, cosa nada difícil si se han visto las anteriores (Apostando al límite, Vidas ajenas, The Salton Sea). No hace falta ser un lince para percibir las fuentes en las que han tomado agua los guionistas Landon (Blood & Chocolate) y Ellsworth (Vuelo nocturno): La ventana indiscreta, fascinante película de Hitchcock, por un lado; y, por otro, un puñado de thrillers recientes protagonizados por chico patoso con intervención de la tecnología y de cuenta atrás en plan videojuego, mediando una vistosa chica florero con tendencia a desabrigarse.
El planteamiento de Disturbia no está mal y tiene cierta gracia, pero paulatinamente la trama se torna chusca, manida y elemental hasta quedar en un pasatiempo para adolescentes no demasiado exigentes, porque los guionistas hacen lo que les da la gana sin sentirse obligados a ser coherentes con la historia que están contando. Shia LaBeouf certifica su talento interpretativo, encarnando aquí a un adolescente con el pavo bien subido. Al gran secundario David Morse (Bailar en la oscuridad) le vuelve a corresponder un malo estereotipado e increíble.