Dogma

Director y guionista: Kevin Smith . Intérpretes: Ben Affleck, Linda Fiorentino, Alan Rickman, Kevin Smith, Salma Hayek, Matt Damon, Jason Lee, Chris Rock, Janeane Garofalo. 133 min. Adultos.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Es manifiesto que Kevin Smith ha ido perdiendo la atractiva frescura que mostró en Clerks, su primera película. Dogma es también algo referido a su experiencia personal, como las anteriores, pero aquí la fuente creativa no se basa tanto en una anécdota o en una peripecia vividas, sino en sus conocimientos de doctrina teológica católica. Los temas y asuntos de que principalmente trata y con los que hilvana el argumento de su comedia de humor son: los ángeles, la Redención del hombre, la salvación y vida eterna, el pecado, y otros.

Kevin Smith es católico practicante, dice él mismo; pero sus conocimientos teológicos son elementales y no suficientes. Ningún católico practicante hace broma sobre lo que es objeto de su fe, lo que más ama, el fundamento y último sentido de su vida. Salvo rara excepción; y Kevin Smith es esa rara excepción. No tiene mala voluntad, pero es un patoso. El film no es blasfemo, pero no tiene gracia ninguna, y a veces hasta disgusta profundamente cuando su falta de sensibilidad le lleva a ofender gravemente, aunque no lo desee y aunque por su ausencia de delicadeza no lo advierta.

Hoy. Un obispo de alguna ciudad norteamericana decide, ante la alarmante disminución de los fieles católicos, presentar otra imagen de Jesucristo: no la Cruz, sino el Triunfo (ya es tragar, tragarse esto como una broma y seguir adelante), y concede indulgencia de las penas por todos los pecados a quien pase bajo el arco de su iglesia (una condición tan tonta como la de un concurso televisivo). Dos ángeles desobedientes a Dios no fueron enviados al Infierno en su momento -el comienzo de la Creación-, sino a una especie de purgatorio, a Nueva Jersey; los dos ángeles quieren ganar esa indulgencia plenaria propuesta, ¡para volver al Cielo! Desde el comienzo del siglo XIV hay indulgencias plenarias; ¿durante seis siglos no se enteraron esos dos ángeles? La teología católica perenne dice que la desobediencia a Dios de los ángeles no fue por ignorancia ni por debilidad -como puede ser la humana-, sino lucidísima y sin arrepentimiento: o sea que eso de Nueva Jersey-purgatorio y el deseo de volver al Cielo es otra memez…

Corto el embrollado argumento porque todo en él es memez, y además larguísima memez: más de dos horas planas, sin tensión, sin avance, sino con añadidos ocurrentes a una trama que calcetan los dichos, una musa (que hacía striptease), una descendiente de Jesús (enfermera en una clínica abortiva), el apóstol trece (negro), dos profetas, el arcángel voz de Dios, el demonio y tres demoniejos. Los actores hacen lo que pueden con la inconsistencia desaborida de sus personajes. La constante fuerte: todos sin excepción hablan de sexo con el ansia que un hidrópico busca agua en un desierto de arena. La línea débil: da igual lo que pase. ¡Como si quiere no pasar…!

Y si todo Dogma va entristeciendo poco a poco, y da pena, como la da un voluntarioso payaso que no consigue hacer reír, hay, dentro del generalizado y vituperable caos sinsorgo y de la indigestión pseudoteológica, dos grandes torpezas que pueden llamarse blasfemas, aunque no haya intención. Kevin Smith emplea esos dos momentos para insistir machaconamente a los católicos que en vez de creencias tengan ideas, porque estas se pueden cambiar. ¡Ah, ya lo veo!, se trata de una nueva versión del modernismo teológico alcanzado a través de la estupidez: Kevin Smith es bisnieto de Alfred Loisy.

Pedro Antonio Urbina

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