En esta cinta, Burman (Buenos Aires, 1973) continúa su línea de películas familiares, adaptando una novela de Diego Dubkovsky que cuenta la relación entre dos hermanos solteros ya sexagenarios que por circunstancias de la vida vuelven a vivir juntos. Ella es una insoportable agente inmobiliaria que aparenta ser lo que no es; él, un joyero tranquilo que cuida de su anciana madre y con una gran afición por el teatro que no ha podido desarrollar.
El director argentino brilló en El abrazo partido y Derecho de familia y descendió un escalón en El nido vacío. El retrato social de esta película es bastante desanimante, de forma que la radiografía de los hermanos podría funcionar, de algún modo, como el dibujo de un país grande empeñado en ser pequeño. El humor es negro, casi agrio.