Director: Ang Lee. Intérpretes: Winston Chao, May Chin, Mitchel Lichtenstein.
Oso de Oro de Berlín 1993 y Candidata al Globo de Oro y al Oscar a la mejor película extranjera. ¡Demasiado! Luego se entera uno de que la película -de Taiwán- fue Oso ex aequo con otra de la República Popular China. Y así parece mostrarse un apaño por intereses.
El bien dosificado guión, junto con los acertados diálogos, es la mayor aportación para que esta comedia americana logre su bullicioso chispeo de… gaseosa. Porque, realmente, si los actores y el director son de Taiwán, la película es en todo americana.
Pero lo que brilla no es el dorado y alegrante champán, sino una triste y sórdida historia. El joven Wai Tung hace pareja homosexual con Simon. Viven en Manhattan. Los padres de Wai, ignorantes del caso, desde Taiwán le han buscado novia y le han comprometido; y además vienen a la boda. A partir de ahí, el loco enredo vertiginoso: una boda fingida con otra joven, celos reprimidos o menos de Simon, un hijo sin querer, aborto o no, será que no, familia de tres con un hijo…, resignación de los abuelos, y brinden ustedes entusiasmados con lo que queda en la botella de lo que nunca fue más que dulzona gaseosa, ahora ya caliente y muerta.
Pedro Antonio Urbina