Batman, el personaje creado por Bob Kane en 1939, debe agradecimiento eterno a Chris Nolan. En Batman Begins, el director de Memento rescató al superhéroe que, después de dos entregas dirigidas por Tim Burton (tan discutibles como personales, como no podía ser de otra manera), había caído en manos de Joel Schumacher, un buen artesano con escasa creatividad que acabó pidiendo perdón por la segunda de sus películas (Batman & Robin). Schumacher había elegido para encarnar al hombre murciélago a George Clooney y Vil Kilmer: sólo un ejemplo del errático recorrido que había tomado la saga.
En 2005, Nolan se decidió a resucitar al héroe contando la historia desde el principio. Además puso al frente de un reparto de lujo (Morgan Freeman, Michael Caine y Gary Oldman, por ejemplo) a Cristian Bale, un actor de gran magnetismo y con fama de obsesivo y perfeccionista en la preparación de sus papeles. La película obtuvo unas buenas críticas y una más que correcta taquilla. En El caballero oscuro, Nolan continúa en la línea de Batman Begins, premiando el guión y la construcción de personajes sobre la acción (aunque acción hay, y muy buena). En este episodio, Batman tendrá que luchar contra un repulsivo criminal, el Joker (a estas alturas no hay casi nada que decir sobre la magnifica interpretación del malogrado Heath Ledger), que no sólo pondrá en jaque a la ciudad de Gotham sino que obligará al hombre murciélago a enfrentarse a los suyos y a sí mismo.
No hay que olvidar que, dentro del universo de los superhéroes, Batman es un extraño: sus poderes no son sobrenaturales sino que provienen de la inteligencia y la técnica. Esta es una de las razones de que al cómic le venga como anillo al dedo el tono oscuro y escéptico que Nolan imprime a su película. El dilema entre seguridad y libertad, las dudas sobre el compromiso afectivo del héroe o las complejas consecuencias del mal en una sociedad que prefiere vivir feliz aunque engañada son algunos temas que aborda esta cinta que, en cierto modo, rompe los moldes del género. Tanto por la construcción del guión, como por su montaje y las convincentes interpretaciones de la mayoría del reparto (el único que actúa es el Joker; el resto, simplemente viven la historia), El caballero oscuro se sitúa muy encima de títulos similares actuales (y eso que los hay muy buenos). Son algunas de las razones de que la película haya roto todo tipo de expectativas y, además de la rendición de la crítica, lleve ganados ya más de 400 millones de dólares sólo en EE.UU.