En 1946, Rachel Morgan llega a las ruinas de Hamburgo para reunirse con su marido, Lewis, un coronel británico. Se mudan a una casa requisada por el ejército inglés y Lewis decide no echar de la mansión a los antiguos propietarios, un viudo alemán y su hija.
El día que vendrá trata de llevar al melodrama una novela basada en una historia real. Un reparto atractivo, la cuidada fotografía y las bellas localizaciones no logran envolver con éxito una historia que hace agua por todas partes. Aunque el enfoque es interesante y también los conflictos que subyacen, la película se olvida de ellos y los complementa con subtramas débiles, apostando todas las cartas a un ridículo romance pasado de vueltas. La inocente confianza en una aparente propuesta clásica no salva un argumento pobre que juega a decepcionar al espectador más sentimental, al que deja las migajas como excusa para darle de qué hablar.