El director y actor John Polson ficha a un reparto de lujo para un «psicothriller» protagonizado por Robert De Niro. El actor encarna al Dr. Callaway, un psiquiatra que ha quedado viudo tras el suicidio de su esposa. Emily, la hija, que pudo ver con sus propios ojos la muerte de su madre, ha quedado traumada, y su padre decide irse a vivir con ella al campo. Allí, Emily irá dando cada vez más espacio a Frankie, un amigo imaginario que se convierte en una pesadilla para la familia.
La niña Dakota Fanning, pequeña actriz archiconsagrada ya con casi diez películas, es sin duda el personaje más inquietante de un film tan bien rodado como tramposo. Robert De Niro se redime de su desastre en «Los padres de él», y Elisabeth Shue, gran actriz, se queda corta de papel. Más que una historia, la película es un juego con el espectador que ya empieza a estar demasiado visto en los últimos tiempos. Eso no significa que «El escondite» no entretenga, al menos durante sus 60 primeros minutos, cargados de un «suspense» bien resuelto.
La película sigue las pautas tan trilladas de los trastornos psiquiátricos, que en el cine suelen acabar dando vueltas sobre los mismos temas, lo cual lastra la película en su resolución. A pesar de todo, los recursos del género están bien utilizados, el miedo bien mantenido y los actores razonablemente correctos.
