Director: Peter Hyams. Guión: Andrew E. Marlowe. Intérpretes: Arnold Schwarzenegger, Gabriel Byrne, Kevin Pollack, Robin Tunney, Rod Steiger, 105 min. Jóvenes-adultos.
Jericho Cane es un antiguo policía, amargado desde el día en que su mujer y su hija murieron a manos de unos delincuentes. Su encuentro con un mendigo chiflado le hace caer en la cuenta de que el fin del mundo puede estar cerca, si no impide que una mujer conciba al Anticristo.
A mamporros con el diablo. Así habría que definir el decepcionante regreso de Schwarzenegger al cine de acción. El guión, pobretón, está repleto de elementos risibles: un grupo de cardenales en torno a un Papa en silla de ruedas, en lo que casi parece una reunión de la Cosa nostra; los sótanos de una parroquia ocupados por un montón de curas trabajando en sus ordenadores para impedir el nacimiento del Anticristo; los ridículos miembros de una secta que se autodenominan «los caballeros Vaticanos»; el diablo acostándose con toda mujer que se pone a tiro…
El competente Peter Hyams (Capricornio Uno, Atmósfera cero, Timecop) no acierta a dar con una fórmula capaz de combinar la pura acción con elementos de thriller, al estilo Seven, o elementos diabólicos que remiten a El exorcista. Sólo alguna secuencia aislada -el diablo tentando a Jericho- escapa al tono rutinario del film.
José María Aresté