El joven príncipe Amleth y su padre, el rey Aurvandil, caen en una emboscada tendida por Fjölnir, hermano del rey. Amleth consigue huir, su padre muere, Fjölnir se queda con el trono y con la reina. Amleth jura venganza. Veinte años más tarde, cuando Amleth es miembro de una banda de salteadores, una profetisa le recuerda su juramento y su destino.
La tercera película de Robert Eggers, interesante director de La bruja y de El faro, no es tan lograda como las anteriores. La mezcla de mitología, elementos sobrenaturales, folclore, violencia y la fuerza del destino, consigue algunos momentos magníficos y otros muchos que solo provocan asombro o desagrado. Es difícil saber cuál es el propósito del director. La fotografía de Jarin Blaschke es ma…
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