Una mañana, la gente comienza a suicidarse masivamente, primero en Central Park, luego en otras zonas de Nueva York y finalmente en numerosos lugares de la costa oriental de Estados Unidos. Estos espeluznantes incidentes generan una huida desesperada hacia el Oeste, en la que se ve implicado un joven matrimonio -profesor de ciencias, él; ejecutiva, ella- que está pasando por un delicado momento de desconfianza mutua. Además, deberán hacerse cargo de la hija pequeña de un amigo de él, que ha partido en busca de su esposa. Lo peor de la situación es que nadie sabe si los incidentes responden a un ataque terrorista con armas químicas o biológicas, a un fallido experimento militar, a una reacción de la naturaleza frente a la contaminación humana o a que, sencillamente, ha llegado el fin del mundo.
El cineasta indio-americano de 37 años (El sexto sentido, La joven del agua) vuelve a lucirse en la creación y el mantenimiento de una atmósfera angustiosa, en la que emergen con estridente lucidez conflictos humanos de primer orden, como la violencia del instinto de supervivencia, la fuerza del amor, el valor del sacrificio, la fidelidad conyugal y el perdón, las limitaciones de la ciencia o la fragilidad humana frente a los misterios de la naturaleza, empleada quizás por la providencia divina para ayudar al ser humano a delimitar el sentido de su vida y los valores verdaderamente importantes para llevarlo a cabo.
Ciertamente, el desarrollo y el desenlace nunca alcanzan la potencia visual y dramática del espléndido arranque. Y, en su afán de alcanzar ese vigor, Shyamalan carga un poco la mano en el tratamiento de la violencia, por ejemplo, en la subtrama de los dos adolescentes que acompañan a los protagonistas durante un tiempo. De todas formas, Shyamalan realiza una rigurosa dirección de actores -espléndida respecto a Mark Wahlberg y Zooey Deschanel-, arranca varias secuencias con una emotividad sobrecogedora, y confirma -a través de su inquietante puesta en escena- que es el mejor discípulo actual de Alfred Hitchcock, el mago del suspense.