Director: Peter Hyams. Guión: Gene Quintano. Intérpretes: Justin Chambers, Tim Roth, Stephen Rea, Catherine Deneuve, Nick Moran, Steven Speirs, Jan Gregor Kremp, Mena Suvari. 100 min. Jóvenes-adultos.
«Todos para uno y…» volvemos a la Francia del siglo XVII, a la corte de un rey débil. Y el resto ya lo sabemos: el duque de Buckinham, el cardenal Richelieu, D’Artagnan, Athos, Portos, Aramis… El guión de Gene Quintano (La loca academia de policía 3 y 4) introduce el nuevo personaje del capitán Febre (Tim Roth), de la guardia del cardenal, un siniestro psicópata que ha escapado al control de su amo. Febre conspira a su aire y organiza asesinatos a placer. Él asesinó a los padres de D’Artagnan cuando éste era un niño. En París, D’Artagnan será protagonista absoluto, los demás mosqueteros actuarán como simples secundarios. Y también cobran importancia la reina (Catherine Deneuve) y Planchet (Jean-Pierre Castaldi), el criado de D’Artagnan.
El veterano especialista en cine de acción Peter Hyams (Atmósfera cero, 2010. Odisea dos, Testigo accidental) muestra cómo debe contarse la novela de Alejandro Dumas al público del siglo XXI: la trama se simplifica, hay más combates que nunca, y coreografiados al estilo oriental. El resultado, sin ser redondo, es bastante aceptable, y supera con mucho El fin de los días, la anterior película de este cineasta.
Hyams tiene un acercamiento a esta historia similar al de Richard Lester en su versión: una época de escasa higiene, de barro en las calles, de gente refinada con ropa y uñas sucias; un tiempo sin electricidad en el que el hombre depende de la luz del sol; un tiempo en el que la relación entre nobles y plebeyos puede ser más cordial de lo que indican otras películas.
La otra innovación de El mosquetero es la coreografía de los combates. Hyams ha contado con la colaboración de Xin-Xin Xiong, uno de los más apreciados especialistas del cine de Hong Kong, responsable de la coreografía de las peleas en filmes como Double Team y Rescate explosivo. Las peleas de D’Artagnan y sus amigos no habían sido tan espectaculares desde que Gene Kelly interpretara al mosquetero. Y, a pesar de todo, la violencia está muy medida y no resulta desagradable. También se evita el sexo explícito, aunque se incluye una escena sensual de Mena Suvari, similar a la que protagonizó en American Beauty.
El punto más débil de esta película es su propio afán de innovar. De hecho, lo mejor es lo más convencional -la interpretación de Tim Roth, la fuga del mosquetero en su habitación, la cocina de palacio…, mientras que la acción pura, dura e inacabable termina haciéndose pesada. Por eso, será más apreciada por los jóvenes que por los mayores.
Fernando Gil-Delgado