King of the HillDirector: Steven Soderbergh. Intérpretes: Jesse Bradford, Jeroen Krabbe, Lisa Eichhorn.
Steven Soderbergh ha dado pruebas en su corta filmografía de un sorprendente eclecticismo. Rodó la modernista Sexo, mentiras y cintas de vídeo, con la que ganó la Palma de Oro en Cannes. Luego recreó en Kafka, con ambiente expresionista, la vida del célebre escritor. Ahora se sumerge en una historia cuyo protagonista es un niño que sufre los avatares de la Depresión americana en los años treinta.
Aaron (Jesse Bradford) es un muchacho de once años que destaca en el colegio por su inteligencia y por su capacidad de contar historias. Junto a sus padres y un hermano pequeño, vive en la destartalada habitación de un hotel. El padre malvive trabajando como vendedor ambulante. Por diversas circunstancias, los miembros de la familia han de separarse, y Aaron queda solo en un mundo hostil. Le falta el dinero y la comida, le quieren echar del hotel… Deberá ingeniárselas para sobrevivir.
El film es una adaptación de una novela autobiográfica de A.E. Hotchner, en la que el autor plasma los recuerdos de su niñez. A través de unas cuantas pinceladas -secuencias bien pensadas- se retrata al futuro escritor. A la hora de disimular su pobreza ante sus compañeros, inventará increíbles historias, al más puro estilo Huckleberry Finn. Pero hay un momento especialmente ilustrativo: cuando juega con su madre a contarle sucedidos, y ella ha de adivinar si son ciertos o no.
Lo que Soderbergh ofrece al espectador no es un dulce caramelo: el film tiene sus momentos duros. Y así como hay personajes entrañables, también los hay bastante siniestros. La película cuenta con una espléndida ambientación. Con actores -entre ellos el magnífico chaval protagonista- y técnicos no demasiado conocidos, Soderbergh logra hacer una atractiva película, en la que se dosifican bien los detalles de humor con los momentos oscuros. Las escenas de pesadillas que terminan con el regreso del hermano pequeño son bastante originales. Valores como la familia, la amistad y la justicia son referencias que aumentan el atractivo de la película.
José María Aresté