Director: Terry Gilliam. Guionista: Ehren Kruger. Intérpretes: Matt Damon, Heath Ledger, Peter Stormare, Lena Headey, Jonathan Pryce, Monica Bellucci. 115 min. Jóvenes-adultos (VSD)
Creador de películas de gran fantasía visual (como «Brazil», «Doce monos»), Gilliam (Minneapolis, 1940) dirige con maestría esta recreación del fabuloso mundo de los hermanos Grimm. Sintiéndose muy a gusto en el paraíso extraordinario de los cuentos, Gilliam cuenta una historia, en parte novelada, en parte real. Jacob y Will Grimm viajan por pueblos y ciudades estafando a la gente. Se ganan la vida derrotando monstruos y brujas ideados por ellos. Pronto son descubiertos por el ejército de Napoleón y se ven abocados a luchar con una verdadera maldición, recaída sobre un pueblo llamado Marbaden. En las aventuras que suceden, aparecen diferentes personajes de sus cuentos más famosos: Caperucita Roja, Hansel y Gretel, etc.
Consigue la cinta combinar el realismo aventurero con la fantasía terrorífica, logrando que el espectador vaya entrando en la historia, a la vez que lo hacen Jacob y Will. Llega un momento en que uno se encuentra completamente involucrado, y los 115 minutos de metraje pasan sin darse cuenta.
El diseño de producción es impecable en su definición de un mundo mágico insertado en el mundo real del siglo XIX. La película, aunque no narra la vida real de los hermanos Grimm (no es la finalidad), sí quiere respetar el espíritu de su obra, mientras desarrolla un cuento en el que ellos son los protagonistas. Y en gran medida lo consigue, gracias a un bien trabado guión y a grandes intérpretes, con una declarada intención de rendir homenaje no sólo a la imaginación sino también al lado macabro del legado de los Grimm. En este último sentido, Gilliam carga la mano sin necesidad. Por otro lado, hay valores morales de la obra de los Grimm (audacia, el bien es arduo, fraternidad), pero el fondo cristiano de los Grimm es sustituido por la bonhomía racionalista, con algún chiste antirreligioso de factoría Monty Phyton.
Sofía López