El director austriaco Adrian Goiginger se inspira en la historia de su propio bisabuelo para contarnos una conmovedora historia paternofilial, que arranca en los Alpes austriacos de los años 20.
Cuando el padre del pequeño Franz cede su tutela por no poder seguir manteniéndolo, el niño lo vive como un trauma de injusto abandono y traición. Pasan los años y Franz es un tímido soldado en las filas del ejército del Tercer Reich. Un día encuentra un zorrito abandonado y lo adopta, al sentirse identificado con él. En la relación con este cachorro, Franz irá entendiendo y perdonando a su padre, al que no ha vuelto a ver.
Una película que desborda sensibilidad, rodada con reverencia y tejida con un guion inteligente y sutil. Contenidas interpretaciones, secundarios decisivos y gran belleza formal, arropada por la magnífica banda sonora de violines del iraní Arash Safaian, y con la elegante fotografía del muniqués Yoshi Heimrath y del austriaco Paul Sprinz.