El corto que prologa Elemental –La cita de Carl, se llama– me pareció un absoluto preludio de lo que luego vimos en el tradicional estreno de verano de la compañía del flexo. La cita de Carl toma uno de los personajes más entrañables de Pixar –el anciano protagonista de Up– y le hace participar en una historia bastante anodina.
Algo parecido le ocurre a Elemental, la historia de amor entre una intrépida llama de fuego y una torpe y emotiva gota de agua en un mundo que se divide en una especie de castas según los elementos naturales: fuego, agua, viento y tierra. La animación de Elemental es prodigiosa y visualmente la cinta no puede ser más bella y original. Cada uno de los elementos tiene su carácter, su idiosincrasia. El fuego tiene rasgos más expresionistas; la tierra, contornos más delineados, y el agua y el aire, una extraordinaria capacidad de mutar. Esa combinación de trazos y diseños consigue algunos momentos que sorprenden y divierten.
El problema es que hay muy poco rastro de lo que suele ser el “gran fuerte” de Pixar, que, por encima del envoltorio visual, es el guion. En Elemental, sin embargo, la materia narrativa es muy leve, los puntos de giro poco relevantes, el final muy predecible y los mensajes bastante simplistas. No se puede decir, ni mucho menos, que sea una mala película, pero sí que está a años luz de cualquiera de las joyas de Pixar.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta