La directora de cine independiente Liza Johnson afronta en su última película un suceso real ya raro de por sí. Se trata de una anécdota bastante irrelevante, que en manos de la cineasta adquiere cierto peso dramático y épico. La cuestión es que en 1970 el cantante Elvis Presley se empeñó en que le recibiera el Presidente Nixon para expresarle su preocupación por la juventud y para pedirle que le concediera una placa de agente federal para poder luchar contra la drogadicción. Nixon, en principio, no veía el interés en recibir al rey del rock, pero sus asesores le convencieron de que no era una mala idea. El hecho documentado es que el 21 de diciembre de 1970 Nixon recibió a Elvis en el Despacho Oval de la Casa Blanca, donde tuvo lugar un en…
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