Los biopics que cuentan con pocos datos vitales reseñables suelen estructurarse en torno a la supuesta personalidad del biografiado y, con frecuencia, consiguen aburrir a base de percutir una única nota. Hay bastantes ejemplos: el último, La emperatiz rebelde, la película sobre Sisi que ha dirigido Marie Kreutzer.
La cinta sobre la más talentosa de las hermanas Brontë que firma Frances O’Connor en su estreno en la dirección, ha esquivado portentosamente esos excesos melodramáticos.
A pesar de tener pocos elementos en los que sostener la narración, O’Connor consigue enganchar al espectador al histriónico carácter de la protagonista, a sus pasiones y a su vacuo acontecer en la pequeña localidad de la campiña inglesa en la que vivían las Bront…
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