Director: Claude Chabrol. Guión: Odile Barski y Claude Chabrol. Intérpretes: Sandrine Bonnaire, Jacques Gamblin, Valeria Bruni-Tedeschi. 113 min. Adultos.
En un pequeño pueblo de Bretaña, aparece estrangulada una niña de diez años. La última persona que la vio con vida es René, su profesor de pintura. Los rumores y sospechas locales señalan al pintor, quien ve cómo su vida comienza a desmoronarse. En el momento en que más apoyo necesita, René sospecha que su mujer tiene una relación con un periodista famoso que suele pasar las vacaciones en el pueblo. El asesinato de Eloise ha traído al pueblo a una inspectora de policía de París, que pone al pueblo en ebullición. Cuando todo el mundo desconfía de todo el mundo, se comete otro asesinato.
El veterano Claude Chabrol (El carnicero, No va más) ha escrito una inteligente alegoría sobre la verdad. En un pueblecito donde todo el mundo se conoce, las cosas no son lo que parecen. Detrás del asunto policiaco hay una trama más profunda: si la verdad de los hechos importa, la de las personas mucho más. René se da cuenta de que debe hablar con su mujer y decirle lo que lleva dentro. Algo parecido les va sucediendo a los demás personajes. Chabrol desarrolla esta idea con mano segura hasta el segundo asesinato que, si bien facilita la trama policial, complica el resto de la historia y fuerza un extraño final abierto.
Claude Chabrol relata su historia con una sobriedad exquisita, una excelente dirección de actores, una planificación meticulosa y una cámara que se mueve lo imprescindible, evitando el alarde pero sin dejar de procurar que cada plano sea eficaz.
Fernando Gil-Delgado