En la ciudad sin límites

Director: Antonio Hernández. Guión: Antonio Hernández y Enrique Brasó. Intérpretes: Fernando Fernán-Gómez, Leonnardo Sbaraglia, Roberto Álvarez, Alex Casanovas, Leticia Bredice, Geraldine Chaplin, Adriana Ozores, Ana Fernández, Alfredo Alcón. 118 min. Adultos.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

En los últimos dos años, el ya veterano Antonio Hernández ha dirigido un bodrio monumental -El gran marciano- y un drama de intriga interesante pero fallido: Lisboa. Ahora prosigue el complejo camino de ese último título en su nuevo largometraje, En la ciudad sin límites, presentado en la sección Panorama del reciente Festival de Berlín. Los resultados vuelven a ser interesantes pero discutibles.

El guión describe el drama de Max, un joven astrofísico que se desplaza desde Argentina a París para acompañar a su anciano padre, al que han diagnosticado un cáncer terminal. Su madre, sus otros dos hermanos y las esposas, ex-esposas y/o amantes de éstos se preocupan casi exclusivamente de asegurar el futuro de las empresas del moribundo. Pero Max se hace cómplice de sus supuestos desvaríos seniles. En ellos, el anciano saca a la luz su pasado como militante comunista y cita a un misterioso hombre con el que debe reconciliarse. Al hilo de estas investigaciones, se irán desvelando las diversas hipocresías de los miembros de esta familia, también las de Max.

Antonio Hernández confirma sus dotes para la planificación y para la dirección de actores. Estas dos cualidades, reforzadas por la poderosa fotografía de Unax Mendía y por la omnipresente banda sonora de Víctor Reyes, permiten a Hernández integrar con vigorosa progresión el drama y la intriga, oxigenados adecuadamente con leves golpes de humor. Sin embargo, resultan mucho mejores el planteamiento y el desarrollo de la trama que su artificioso desenlace, asentado en una visión muy superficial de la homosexualidad. En realidad, al final se aprecia que todos los conflictos dramáticos se resuelven desde una notable confusión moral. Una confusión que lleva a maltratar, por incómodo, al excelente personaje interpretado por Adriana Ozores, y que impide tratar a fondo el adulterio entre el protagonista y una de sus cuñadas. En fin, lo que sí perdurará de esta película es la excelente interpretación de Fernando Fernán-Gómez, que vuelve a demostrar su maestría.

Jerónimo José Martín

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