Brendan Fraser encarna a Dan, ejecutivo de una empresa, teóricamente volcada con el medio ambiente, que en realidad está talando un bosque para construir chalets. Dan es un empleado inocente, cumple órdenes y cree las mentiras que le cuenta su jefe, pero los habitantes del bosque no lo saben, y se disponen a defender su tierra y sus familias contra el invasor.
En pata de guerra es una película realmente mala. Un slapstick repetitivo y sin gracia. La idea de partida es buena: de hecho, ya se había llevado al cine… de animación. Con personajes reales la cosa cambia porque falta imaginación. Sólo vemos a Brendan Fraser haciendo de tonto muy tonto, recibiendo golpes en la nariz, en el trasero, en…; todos los personajes son artificiales y sus diálogos insulsos, las situaciones falsas, sin interés, y muy vistas.