Kathryn Bigelow es una excelente directora de escenas de acción: véanse Le llaman Bodhi, o K-19: The Widowmaker. Aquí suma a su talento para las secuencias adrenalínicas -sobresalientes, de tensión casi insoportable, y sin maquillar jamás el horror bélico- un sólido guión de Mark Boal, que ya puso su granito de arena en el libreto de En el valle de Elah.
La secuencia de apertura es modélica para explicar el infierno de Bagdad: soldados patrullando y sus bromas procaces, civiles desconfiados, el pánico ante las bombas... y el traje de artificiero, casi de cosmonauta, y subraya la idea de que los marines están en otro “planeta”, cuyas claves de inteligibilidad se les escapan. Otros pasajes recuerdan al western, duelo al sol en el desierto baj…
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