(Actualizada la fecha de emisión, 11-09-2012)
Los cuentos siempre han sido una fuente de inspiración, pero en los últimos tiempos el cine recurre a ellos con frecuencia más que notable. Aún esta por llegar la última Blancanieves (¡y van tres!), que ha dirigido en España Pablo Berger en una versión muda y en blanco y negro, con Maribel Verdú de bruja malvada (un papel en la que han brillado Charlize Theron y Julia Roberts).
La televisión no se ha quedado al margen de esta recuperación del cuento clásico. Si en los años ochenta Shelley Duvall puso de moda la teatralización de los cuentos de hadas (Faerie Tale Theatre), el siglo XXI ha modernizado este género con las series Grimm y, sobre todo, con Once Upon a Time.
Cuentos de siempre
Érase una vez tiene la gran ventaja de que se toma en serio los cuentos para llegar a todo tipo de público. Hay diferentes niveles de lectura de la serie que hacen que sea inteligente y a la vez inocente, en el mejor sentido de la palabra. La acción se centra en Blancanieves y la famosa maldición de la bruja, pero esto no es más que el inicio. Hay otros personajes de cuento (Pepito Grillo, Caperucita Roja, el rey Midas, Hansel y Gretel) y una combinación del mundo real y el mundo de la fantasía. Este collage resulta muy entretenido, con una producción generosa y, sobre todo, con un guión y unos actores muy acertados.
Los creadores de la serie son los mismos que junto con J.J. Abrams produjeron Lost. Y una vez más demuestran que saben cómo mantener el ritmo televisivo. Quizá la temporada sea demasiado larga (22 capítulos), pero tiene la ventaja que se pueden ver capítulos sueltos sin perder el hilo narrativo.
Érase una vez tiene la gran ventaja de que se toma en serio los cuentos para llegar a todo tipo de públicos
La música es de Mark Isham, un compositor neoyorquino que se prodiga mucho en el cine. Algunos de sus trabajos son magníficos (El río de la vida, Crash, La niebla), pero habitualmente no deja una huella demasiado personal, y así ocurre en Érase una vez. Aun así, hay que reconocer que la música de Isham tiene una gran virtud: respeta los silencios, algo que habitualmente no sucede en series en los que hay un hilo musical más propio de un centro comercial que de una ficción televisiva.
La fantasía de la serie es creíble y atractiva por el acierto en el casting. Jared Gilmore (el hijo mayor de Don Draper en Mad Men) tiene un papel esencial, porque guía a los personajes de la realidad al cuento. Su voz consigue que la serie desprenda el encanto de las fábulas sin caer en la ñoñería que tienen muchos producciones Disney (la cadena ABC pertenece a Disney).
Por otro lado, funciona muy bien la mezcla de actores reconocidos como Robert Carlyle (Full Monty, 28 semanas después) con otros menos conocidos como Ginnifer Goodwin (Algo prestado) o Jennifer Morrison (House).
Después del éxito en Estados Unidos, ABC ha confirmado que habrá segunda temporada. En España, Antena 3 emitirá en abierto la serie a partir del 11 de septiembre y prepara una “versión” nacional que pretende seguir la estela de Érase una vez o Grimm. O al menos así han querido venderla. Pero las noticias que llegan sobre esa versión española son desalentadoras. Nada que ver con esta deliciosa serie norteamericana para todos los públicos.