Un joven escritor es contratado por el ex primer ministro británico Adam Lang para que reescriba su autobiografía. Para ello, el escritor fantasma se traslada a una perdida localidad costera estadounidense, donde Lang posee una moderna casa de campo, cerca de la cual murió ahogado el negro anterior. Justo entonces, el Tribunal Internacional de La Haya admite a trámite una demanda contra Lang, por supuestos crímenes de guerra durante la guerra de Irak.
Una cierta venganza contra la justicia y la política estadounidenses y británicas supone este intenso thriller del franco-polaco Roman Polanski (Chinatown, Frenético, El pianista), basado en el best seller El poder en la sombra, de Robert Harris, que ha coescrito el guión. Harris trabajó en la BBC y luego fue periodista y columnista de temas políticos en The Observer, The Sunday Times y The Daily Telegraph. Otra de sus novelas, Enigma, fue llevada al cine en 2001 por Michel Apted.
Polanski echa mano al estilo Hitchcock -también en su recurso a una música enfática e inquietante- y genera una espesa atmósfera de intriga, enfermiza y agobiante, en la que el espectador se siente en situación de amenaza permanente, también por los propios paisajes utilizados, la degradada fotografía de Pawel Edelman y las sólidas caracterizaciones de Ewan McGregor y Pierce Brosnan.
Cabe criticar algún apunte sexual demasiado sórdido y una falta casi total de contrapuntos morales positivos, lo que inunda el filme de un fatalismo excesivo. Pero esos defectos sólo rebajan un poco la alta calidad media del conjunto, por el que Polanski ganó el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín 2010.