Director: Paul Greengrass. Guión: Richard Hawkins. Intérpretes: Helena Bonham Carter, Kenneth Branagh, Gemma Jones, Sue Jones Davies. 95 min. Adultos.
Richard, un excéntrico pintor fracasado, se empeña en volar, desde un edificio de Londres, en una improvisada ala delta. Es condenado a 120 horas de trabajo social. Le encargan cuidar a Jane, una joven con Esclerosis Lateral Amiotrófica (E.L.A.), que va en silla de ruedas y se ayuda de un comunicador para hablar. La relación entre ellos, difícil al principio, pronto mejora. Jane terminará confiándole que está obsesionada con el sexo y que necesita su ayuda para dejar de ser virgen antes de morir.
En este film de Paul Greengrass (Resurrected, The Fix), Kenneth Branagh y Helena Bonham Carter dan vida a una patética, bien que entrañable, pareja. El desvalido personaje de Jane, hecho de frustración e impotencia -«Mi cuerpo y mi espíritu se separaron hace tiempo», dice-, provoca la simpatía. La relación con Richard, que, en principio, no se siente obligado a ser amable con ella, originará en ambos una crisis saludable, simbolizada por el deseo de volar.
Esos elementos bastaban para hacer una película notable, rematada por el personaje de la madre, en un breve pero importante papel: «La enfermedad no te afecta sólo a ti», dirá a su hija. Pero la historia de la extraña petición se aleja de la honradez en el tratamiento del enfermo, la enfermedad y la muerte de títulos como El aceite de la vida o La habitación de Marvin; y el guión deriva hacia una especie de comedia, con algún viso de esperpento. El que una joven a las puertas de la muerte tenga como única preocupación perder la virginidad suena a falso y retarda la conclusión, que, algo diluida en una ambigua sucesión de imágenes, pasa por la aceptación de las propias limitaciones y la superación de las fantasías absurdas.
Extraña petición es una película de actores que refleja parcialmente los sufrimientos de los enfermos y de las gentes que cuidan de ellos. Positiva en el fondo, aunque desorientada, por sus planteamientos casi exclusivamente materialistas.
Fernando Gil-Delgado