Año 1957, Enzo Ferrari tiene 60 años. La escudería está al borde del colapso, su vida familiar también se tambalea: tras la muerte de su hijo Dino, su relación con su mujer y socia, Laura, se ha vuelto fría y distante. Es un secreto a voces que Ferrari tiene una amante con la que ha tenido un hijo, que podría convertirse en su heredero. La solución de sus problemas, de buena parte de ellos, pasa por ganar la carrera de las mil millas (Mille Miglia) ese verano.
El libro que ha inspirado el guion lleva el subtítulo “El hombre, los coches, las carreras, la máquina”. La película compara descaradamente a Enzo Ferrari con sus máquinas y le presenta compitiendo en todo momento, al límite, al borde del desastre. A diferencia de las carreras de coch…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.