Fanny (Lou de Laâge) es una mujer guapa y con carácter, que trabaja en una casa de subastas de París. Tras un matrimonio fallido, ahora vive tranquila con su nuevo marido Jean (Melvil Poupaud), que se dedica a hacer más ricos a los ricos y a cazar con ellos. Pero un día, Fanny se encuentra en la calle con Alain (Niels Schneider), un escritor que le confiesa que estuvo enamorado de ella cuando fueron compañeros en el mismo instituto de Nueva York. Ambos sintonizan e inician una intensa relación adúltera, que pronto hace sospechar al controlador y suspicaz Alain.
A sus casi 88 años y vetado por Hollywood, el neoyorquino Woody Allen ha tenido que rodar su largometraje número 50 en París, con actores franceses y en francés, aunque con una excelente fotografía de su amigo el italiano Vittorio Storaro —octogenario como él— y con su habitual banda sonora de jazz, esta vez con predominio del excelente trompetista afroamericano Nat Adderley. El resultado es una nueva reflexión sobre las complejas relaciones entre la libertad y el azar, el destino, la suerte…, en la línea de Match Point, pero más ligera, más divertida, algo más optimista y lúcida en su nostalgia de una visión del matrimonio como algo ilusionante, y no como un parche utilitario y materialista contra la soledad y el desconcierto vital. Todos los actores dotan de veracidad a sus personajes —especialmente Lou de Laâge—, y Allen los conduce con sentido del ritmo y la intriga hasta un desenlace memorable. Quizás no sea de los mejores filmes de Woody Allen, pero Golpe de suerte está muy por encima de la media del cine actual.
Jerónimo José Martín
@Jerojose2002
Un comentario
Sí, una buena película que entretiene y que no ofende con sexo ni violencia, aun estando presentes ambos. Ingeniosa, buena música y fotografía.