Películas como Air, Tetris, Flamin’ Hot: La historia de los Cheetos picantes, La fiebre de los peluches Beanie, Barbie… están mostrando las posibilidades narrativas de relatar al gran público el auge y/o el ocaso de productos comerciales populares, con lo que eso conlleva de análisis antropológico, sociológico y ético de los entornos en que surgieron y evolucionaron. Ahora hay que añadir a la lista Gran Turismo, en torno al popular videojuego GT, un hiperrealista simulador digital de conducción, diseñado en 1997 por Kazunori Yamauchi para Polyphony Digital y distribuido por Sony Computer Entertainment para consolas PlayStation. Se trata del nuevo trabajo del sudafricano Neill Blomkamp, especializado en ciencia-ficción alternativa, con títulos sugerentes como Distrito 9, Chappie o Elysium.
El férreo guion de Jason Hall y Zach Baylin relata muy libremente la singular historia real de Jann Mardenborough (Archie Madekwe). En 2011, este joven inglés fue el tercer ganador de la competición GT Academy, proyecto colaborativo entre Nissan y Sony Interactive Entertainment para llevar a videojugadores de Gran Turismo al mundo real de las carreras y, si valían, darles la oportunidad de convertirse en pilotos profesionales. En la película, su personaje sufre la oposición de su padre Steve (Djimon Hounsou) y es ayudado en su arduo empeño por el duro entrenador Jack Salter (David Harbour) y el siempre agobiado Danny Moore (Orlando Bloom), promotor de la GT Academy.
El sólido reparto cumple con creces, y Blomkamp acierta al imponer un trepidante ritmo de videojuego, en el que los numerosos, pero breves interludios dramáticos —bien planteados, desarrollados y resueltos— dan entidad al potente despliegue visual y sonoro de las impactantes secuencias de acción. En este sentido, el cineasta sudafricano sigue para bien los pasos de películas similares de las últimas décadas, como Driven (2001), de Renny Harlin; Rush (2013), de Ron Howard, o Le Mans ’66 (2019), de James Mangold.
De este modo, se miran con hondura dramática y perspectiva ética temas como la adicción a los videojuegos, la diferencia entre lo real y lo virtual, las relaciones familiares conflictivas, la competitividad, la moral del triunfo a cualquier precio… Temas todos de gran actualidad, que elevan el nivel de esta estupenda película de género.
