Director: Frederik Du Chau. Guión: David Schmidt. Intérpretes: Bruce Greenwood, Hayden Panettiere, Wendie Malick, M. Emmet Walsh. 84 min. Todos.
El sueño de Rayas es competir en el hipódromo con los caballos de carreras. Rayas es una cebra que vive en una original granja que dirige Nolan Walsh, un prestigioso entrenador de caballos que abandonó su profesión al perder a su mujer en un accidente. Además de sacar adelante la granja, Walsh tiene que pelear por criar a Channing, su hija adolescente.
Estamos ante una película familiar con todos los ingredientes del género: valores positivos, personajes buenos y malos, problemática padres-hijos, unas dosis de acción, otras de humor y… un final feliz. No es fácil encontrar la fórmula para lograr que funcione una película así. Si además se trata de la pantalla grande, y no de un producto televisivo de consumo de media tarde, la cosa se complica.
Dentro de las limitaciones del género, esta película funciona. El guión es sencillo pero los personajes secundarios -el viejo poney sabio, la cabra inteligente e irónica, el pelícano mafioso o el gallo inoportuno- están muy bien trabajados y sus historias dan lugar a algunas secuencias de un brillante ingenio.
En este sentido, es magistral la adaptación y el doblaje que ha hecho el dúo «Gomaespuma» de la pareja de tábanos raperos; un recital de «gags» divertidísimos, jugosas referencias cinéfilas y críticas alusiones a la actualidad que harán disfrutar a los que ya no son tan niños.
La «actuación» de los animales -que son reales, excepto en el caso de los tábanos, creados por ordenador- es magnífica; tanto, que quizás la parte más floja es precisamente la interpretada por los personajes humanos que, rodeados de tanta réplica ingeniosa, se ven un poco perdidos y «blandos».
Ana Sánchez de la Nieta