«Invencible» cuenta el extraño inicio de la carrera deportiva de Vince Papale, uno de los mitos del fútbol americano. Papale era un hombre gris, de treinta años, cuando la crisis económica de los setenta barría Occidente y la mayoría de los norteamericanos sufrían los coletazos físicos y anímicos de la mal terminada guerra de Vietnam. Sus amigos están en el paro y él vive en precario con unos irregulares ingresos como profesor interino de enseñanza secundaria y camarero a tiempo parcial. Ni siquiera el fútbol -su gran afición- le sirve de consuelo: su equipo, los Eagles, está en horas muy bajas.
Cuando la película comienza, los Eagles han vuelto a hacer el ridículo. Dick Vermeil, nuevo entrenador de los Eagles, hace un gesto para estimular a la afición: una jornada de puertas abiertas en la que todo aquel que desee jugar con los Eagles puede participar y demostrar su valía. Ante la insistencia de sus amigos, Papale acude…
«Invencible», como tantas historias deportivas, cuenta una historia de esfuerzo y superación por parte del deportista, y de valor por parte del entrenador. Nada nuevo salvo el detalle de que es una historia real: todo lo que cuenta es cierto. Entra de lleno en una línea que ha desplegado la Disney, que recientemente ha realizado las películas deportivas basadas en historias reales The Rookie y Miracle.
Además, está el mensaje a favor de la familia y de solidaridad en plena crisis económica que también recuerda a En busca de la felicidad. La película es correctísima, y sólo se le puede reprochar que se parezca mucho a tantas otras cintas que tratan de un equipo o un deportista.
