Anders Thomas Jensen, nacido en 1972, se labró un notable prestigio como guionista de películas que se encuentran entre lo más destacado de la primera década de siglo: Hermanos (2005), Después de la boda (2006), candidata al Oscar, y la oscarizada En un mundo mejor (2010) –todas ellas dirigidas por Susanne Bier– plantean complejos conflictos humanos sin caer en la sensiblería ni en cierto nihilismo que suele caracterizar la obra de otros realizadores daneses como Vinterberg o Von Trier. Jensen también había dirigido hasta ahora cuatro largometrajes, desde su ópera prima Flickering Lights (2000); entre ellos se encuentra la sobresaliente Adam’s Apples (2005), si bien la última –Men & Chicken (2015)– causó cierta decepción.
Ahora vuelve a reunir a varios de sus actores habituales, con unos imponentes Mads Mikkelsen y Nikolaj Lie Kaas a la cabeza, para volver sobre un tema que ya había tratado de modo especialmente agudo en Después de la boda: la cuestión de las casualidades. ¿Existe el azar o todo lo que sucede es consecuencia de decisiones, inmediatas o quizá remotas? ¿Qué impacto puede tener en la vida de una familia danesa que una adolescente, en la lejana Estonia, insista en que quiere que le regalen por Navidades una bicicleta azul y no roja? ¿O que Otto, un experto en Matemáticas, tome un tren anterior al habitual porque le acaban de echar del trabajo y que cortésmente ceda el asiento a una señora, aunque esta todavía sea joven? ¿Dónde comienza la cadena de “casualidades” –o de decisiones aparentemente banales– que pueden traer consigo verdaderos dramas?
En cualquier caso, para el genio de las matemáticas, Otto, no existe el azar; por eso, y con dos amigos, a cual más estrambótico, se une a la principal víctima del “golpe del destino” para buscar al culpable, el que ha causado directamente la tragedia. De ahí también el título de la película. La reacción en cadena tiene mucho de tarantinesco –sin el tono gore de Tarantino–, una violencia trufada de golpes de humor. Precisamente esa combinación de violencia diletante y cuestiones filosóficas sobre el azar hace de Jinetes de la Justicia una película sumamente sugestiva.